La no localización o la aparente falta de capacidad material y de recursos humanos ha llevado a la autoridad fiscal a declarar las operaciones del empresario en cuestión como simuladas, quitándo todo efecto legal a sus comprobantes.
Si ya te cargó el payaso con la simulación de operaciones, sabrás que también tus clientes se verán afectados, pues las facturas que les entregaste ya no tendrán valor probatorio en materia fiscal. Y lo peor… esa lista que se publica en el Diario Oficial de la Federación y en la página de internet de la autoridad fiscal, te exhibirá ante todo México para que te consideren “chusma” y nadie quiera celebrar operaciones contigo.
Si te dedicas a vender facturas y simular operaciones… lo siento, no puedo hacer nada por ti. Pero si eres un empresario honrado con operaciones reales y tienes forma de justificar tu capacidad operativa tienes probabilidades de ganar con las mismas herramientas de las autoridades fiscales y administrativas.
Sigue estos dos pasos:
1. Solicita por escrito a la autoridad fiscal que te visite en tu domicilio. Revisa que las actividades que tienes registradas en tu Registro Federal de Contribuyentes sean las que estés realizando actualmente y que cuentes con un domicilio fiscal actualizado. Puedes incluir teléfonos de vecinos y empresarios cercanos a tu domicilio para que orienten al verificador… por si se pierde o anda en otros “business” propios del viernes social.
2. Al anterior escrito acompañalo de otro escrito dirigido a la misma autoridad fiscal, donde le exhibas copias de actas de verificación o de diligencias de otras autoridades, como pueden ser verificaciones sanitarias, inspecciones laborales, de la Procuraduría de la Defensa del Consumidor, incluso de autoridades fiscales estatales, donde compruebes que si otras autoridades han logrado localizarte en tu domicilio, también la autoridad fiscal puede localizarte. Como estas actas públicas contienen declaraciones hechas por funcionarios públicos, servirán como prueba plena en términos del artículo 202 del Código Federal de Procedimientos Civiles. Y si en dichas actas circunstanciadas describen tu negocio y a las personas que trabajan en él, mucho mejor: “Me recibió un señor chaparrito barrigón que estaba trabajando en el escritorio al mismo tiempo que estaba echándole los perros a una compañera de trabajo”.
Estos consejos, junto a los que te ofrezca tu asesor fiscal, te ayudarán a vencer las negras presunciones de la autoridad fiscal cuando no pueda localizarte.