¿Solicitaste un préstamo a tu banco para comprar tu traje de baño e ir de vacaciones a tu playa favorita? ¿Obtuviste un crédito para pagar los aguinaldos de tus trabajadores? Ahora que ganaste en el round contra tus tíos por los terrenos del abuelo ¿pediste prestado para pagar a tu abogado y para los trámites correspondientes? Ese dinero tienes que declararlo.
Si no eres contador, seguramente cuando escuchas la palabra “Declaración” se te viene a la mente a un vato abriéndole su corazón a su bella Dulcinea del Toboso para pedirle que sea su novia. Pero en el mundo fiscal implica otra cosa. Declarar básicamente significa que le informes a la autoridad fiscal sobre los ingresos que recibiste y sobre los gastos, compras e inversiones que califican conforme a la ley para disminuir tus impuestos (lo que se denomina “deducción autorizada” cuando se trate del Impuesto Sobre la Renta).
En dicha información debes incluir otros datos adicionales, como los préstamos que solicitas. ¿Por qué? Cuando tú solicitas un crédito ¿para qué lo quieres? ¿Para comprar una casa o un vehículo? ¿Para comprarte el vestido más bonito de la tienda? ¿Para tu cuenta bancaria, que no se quede con el saldo mínimo? Al usar el dinero que obtienes en préstamo estás generando una erogación, un desembolso del cual la autoridad fiscal estará enterada.
Si en un año tienes más erogaciones que ingresos, esto será un foco rojo para la autoridad y pensará “¿Y este tío de dónde sacará el resto del dinero?”. Si tienes tarjetas de crédito o si pides préstamos a tu banco y al hacer tu declaración omites esta información, seguro que crearás esa sospecha en la autoridad, y caerás en Discrepancia Fiscal ¿Qué puedes hacer?
Cómo evitar la discrepancia fiscal por préstamos
Ahora que termine el año, reúne los estados de cuenta de tus tarjetas de crédito y también los comprobantes de los préstamos que obtuviste en el año. Suma el total de préstamos que obtuviste, ¡lee bien! No dije “el saldo final” o “el saldo promedio mensual”, sino el total que obtuviste a lo largo del año. Ese dato inclúyelo en la declaración anual que presentarás en el mes de abril (mes en que declaran las personas físicas, discrepancia fiscal aplica para personas físicas).
El segundo párrafo del artículo 90 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta te indica que debes de informar (una cosa es informar y otra es pagar) sobre los préstamos en tu declaración anual.
“Las personas físicas residentes en México están obligadas a informar, en la declaración del ejercicio, sobre los préstamos, los donativos y los premios, obtenidos en el mismo, siempre que éstos, en lo individual o en su conjunto, excedan de $600,000.00”.
Pero como la discrepancia fiscal no maneja mínimos, aun cuando tus préstamos no superen los $600 000.00 harás bien en informarlos. El siguiente párrafo que trascribo del artículo 91 de la Ley del Impuesto Sobre la Renta te da a entender que si no declaras tus préstamos, ese dinero se considerará ingreso que debió pagar impuestos.
“Los ingresos determinados en los términos de este artículo, netos de los declarados, se considerarán omitidos por la actividad preponderante del contribuyente o, en su caso, otros ingresos en los términos del Capítulo IX de este Título tratándose de préstamos y donativos que no se declaren o se informen a las autoridades fiscales, conforme a lo previsto en los párrafos segundo y tercero del artículo 90 de esta Ley. En el caso de que se trate de un contribuyente que no se encuentre inscrito en el Registro Federal de Contribuyentes, las autoridades fiscales procederán, además, a inscribirlo en el Capítulo II, Sección I de este Título”.
Al informar tus préstamos estás justificando la fuente de los recursos con los que hiciste más gastos, más erogaciones. Y lo mejor es que los préstamos no causan impuestos, siempre y cuando los informes antes de que la autoridad fiscal los descubra y te cuestione sobre ellos. Y por supuesto, guarda la documentación comprobatoria de esos préstamos.
Recurre a tu contador de confianza para que te apoye en la presentación de tu declaración anual. Recuerda mencionarle sobre tus préstamos y otros créditos que has obtenido durante este año. Así podrás evitar la discrepancia fiscal y no correr con la misma desgracia de aquellos que no pagan impuestos.
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